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miércoles, 21 de septiembre de 2011

MAESTRO JOE ARROYO ¡GRACIAS!

Palabras del Joe:


“Con un par de latas de manteca llenas de agua, yo tenía que ir y venir a la tienda de un señor que se llamaba Jericó. Cuando estaban vacías, me las ponía en la cabeza y eso daba un eco hermoso que, creo, sin saberlo, me afinó la voz. Por eso me decían «Voz del tarro». Yo imitaba por esos días a Raphael, cantaba el Ave María, y cuando terminaba, yo mismo me ovacionaba con un: –¡yaaaahhhhhhhh! Allá adentro del tarro sentía que estaba en un escenario y que me aplaudían. Ese era mi sueño de ‘pelao’ y mi Dios me lo concedió”.